viernes, 1 de julio de 2011

El cóndor en el Parque de las leyendas Perú

El Cóndor información del Parque de las leyendas


El cóndor andino (Vultur gryphus) es una especie de ave de la familia Cathartidae. Habita en la cordillera de los Andes y en las costas de Sudamérica adyacentes al Océano Pacífico, y es el ave más grande de todo el Hemisferio Occidental.1
Es un buitre grande y negro, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas, en especial los machos. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, y puede cambiar de tonalidad de acuerdo al estado emocional del ave. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra.
Es principalmente un ave carroñera, que se alimenta de carroña. Prefiere los cadáveres grandes, como los de ciervos o vacas. Alcanza la madurez sexual a los cinco o seis años y anida entre los 3.000 y 5.000 metros de altitud, generalmente en formaciones rocosas inaccesibles. Suele poner uno o dos huevos al año. Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de 50 años.
Es un símbolo nacional de Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina, Perú y Chile, y tiene un importante rol en el folklore y la mitología de las regiones andinas de Sudamérica. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una especie casi amenazada, ya que sufre la pérdida de su hábitat y el envenamiento secundario por la ingesta de algunas presas matadas por cazadores. Varios países iniciaron programas de reproducción en cautividad.


El cóndor andino fue descrito en 1758 por Carlos Linneo en la décima edición de Systema naturae, y conserva la nomenclatura binominal original de Vultur gryphus. A veces se lo conoce como cóndor argentino, cóndor chileno, cóndor boliviano, cóndor colombiano, cóndor peruano, o cóndor ecuatoriano en referencia a los países en donde habita. El término genérico Vultur proviene del latín vultur o voltur, que significa "buitre". Éste a su vez deriva de la palabra del griego antiguo γρυπός (grupós, "pico con forma de gancho"). A su vez, la palabra cóndor proviene del quechua, kuntur.


Descripción.
El cóndor andino es reconocido como el ave voladora más grande del planeta. Y el que mayor superficie alar presenta. Los adultos llegan a medir hasta 142 cm de altura, y entre 270 y 330 cm de envergadura, y pesan de 11 a 15 kg los machos y de 8 a 11 kg las hembras. Poseen la cabeza desnuda y relativamente pequeña, de color generalmente rojizo, aunque el mismo puede cambiar según el estado de ánimo del animal; pico de borde muy cortante y terminado en gancho. Las alas son largas y anchas, y las patas, no prensiles, poseen uñas cortas y poco curvas, y con la inserción del dedo posterior elevada. Las mismas están adaptadas para la marcha y para la sujeción de la carroña. Alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los ocho años. El plumaje juvenil de ambos sexos es de color marrón hasta alcanzar en mudas sucesivas el característico plumaje negro-azulado de los adultos. Una ancha banda blanca resalta en el dorso de las alas y un nítido collar blanco no completamente cerrado al frente, protege la desnuda piel del cuello.
Los machos presentan una cresta o carúncula y pliegues en la cara y cuello que aumentan de tamaño con la edad. Alcanzan mayor peso y envergadura que las hembras y sus ojos son de color café. Las hembras no poseen cresta aunque al igual que los machos presentan pliegues. Sus ojos son de color rojizo.
Es también una de las aves que vuela a mayores alturas, utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido pueden trepar con relativa facilidad los 7000 metros; luego puede planear por cientos de kilómetros planeando el territorio casi sin mover las alas extendidas, el cóndor consume muy poca energía y merced a su denso plumaje puede soportar climas gélidos.
Cabe señalar que (como ocurre con las cigüeñas) los cóndores son prácticamente mudos al tener atrofiada la siringe.


Alimentación.
El cóndor se alimenta generalmente de animales muertos. Una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata sino que se limitan a volar sobre la misma o se posan en algún lugar desde donde ésta se vea claramente. Uno o dos días pueden pasar hasta que finalmente se acercan. Comienzan a alimentarse en los puntos más accesibles o blandos de los cadáveres, es decir, los ojos, lengua, ano, ubre o testículos, abdomen y entrepierna. Con sus fuertes y cortantes picos desgarran los tejidos y abren los cueros lo que adicionalmente facilita el aprovechamiento de la pieza por parte de carroñeros de menor envergadura. Un cóndor puede ingerir unos 5 kilogramos de carne en un día y asimismo puede ayunar hasta cinco semanas.


Anidaje.
Para anidar escogen generalmente cuevas en grandes paredes rocosas verticales, protegidas del viento y la intemperie. Las dimensiones de los nidos son altamente variables. Depositan el único huevo directamente sobre el substrato arenoso de las cuevas en el cual han creado una depresión presionando el pecho contra el substrato. Igualmente utilizan el pico para dar forma final a los bordes del mismo. Este comportamiento se ha observado especialmente en los machos.


Dormideros.
Los dormideros, compartidos por ejemplares adultos, sub-adultos y juveniles de ambos sexos están generalmente localizados en riscos altos y protegidos de la lluvia, el viento y potenciales depredadores. En la mayoría de los casos observados los dormideros y posaderos preferidos, y por ende disputados, son los que reciben más temprano los rayos solares. Siendo que la carroña esta distribuida al azar, los animales usan repetidamente varios sitios de descanso o pernocta dependiendo de la disponibilidad de alimento en el área llegando a concentraciones de hasta 124 individuos.


Reproducción.
En ambiente natural, uno de los aspectos menos conocidos del cóndor es el referido a su reproducción. Los cóndores son básicamente monógamos, es decir que escogen una pareja y permanecen con ésta de por vida. Sólo en caso de que uno de los dos muera, el otro busca una nueva pareja. El ciclo reproductivo del cóndor, incluido el cortejo, apareamiento, incubación y levante del polluelo hasta su emancipación dura aproximadamente dos años. La especie posee el período de incubación más prolongado entre las aves rapaces; en el momento de estro o celo el color comúnmente rojizo de la piel de la cabeza se les torna amarillento. Luego de 56 a 60 días de incubación compartida, nace el polluelo el cual es alimentado por ambos padres con carne regurgitada. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve el juvenil está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos. De ellos asimila los conocimientos ancestrales básicos para su supervivencia. Al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local, y disputa un lugar en la carroña


Filogenia.
Aunque hasta hace relativamente poco tiempo se clasificaba a los cóndores entre los buitres, actualmente se nota que su linaje es más próximo al de las cigüeñas y garzas pese a que la divergencia evolutiva les ha distanciado grandemente en aspecto y hábitos. Quizás Argentinavis magnificiens se cuente entre los ancestros de los cóndores; lo que está comprobado es que los cóndores colonizaron sus territorios desde las zonas frías ubicadas en el sur de Sudamérica, al elevarse la cordillera de los Andes los biotopos con climas fríos se extendieron hasta las actuales Colombia y Venezuela y aún más al norte (California por ejemplo).


Distribución.
El cóndor andino se encuentra distribuido a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde el sur de la Tierra del Fuego (Argentina y Chile) hasta el occidente de Venezuela, su área máxima de difusión hacia el este se ubica en Argentina alcanzando el Océano Atlántico en las provincias de Santa Cruz, Chubut y Río Negro, luego toca las sierras que se encuentran en el oeste de la provincia de La Pampa y las Sierras de Córdoba (ocasionalmente se han reportado avistamientos en la Sierra de la Ventana ubicada en el sureste de la provincia Buenos Aires) . Sin embargo, en Venezuela fue declarado en extinción, y en Colombia, el Perú y Ecuador sus poblaciones naturales han disminuido.
Desde 1800, su distribución y número a lo largo de toda América del Sur ha disminuido considerablemente, llegando a estar en peligro de extinción, el motivo para tal merma ha sido el exterminio a manos humanas por la creencia de que los cóndores cazan ganado vivo y que ciertas partes de su cuerpo tienen poderes terapéuticos o mágicos. Ha podido constatarse la supervivencia en libertad de 2784 cóndores distribuidos entre Argentina y Chile con 2500 ejemplares, Perú con 120, norte del Perú con 50 (sin datos en el sur), Colombia con 100 y Venezuela con 14 (población asentada a partir de las liberaciones con ejemplares provenientes de la cría en cautividad ya que con anterioridad se habían extinguido en 1965). En Bolivia se carecen de registros.


Estatus poblacional de la especie.
Desde diciembre de 1997 se vienen llevando a cabo reintroducciones de cóndores en su antigua área de distribución provenientes de la cría ex situ, llegando hasta las 65 liberaciones. De ellos solo tres murieron, por disparo, intoxicación y electrocución.
Todos los ejemplares liberados van equipados con emisores vía satélite con placas solares que permiten su seguimiento por todos los Andes. Esta técnica se empleó por primera vez con estas aves.


Amenazas.
Las poblaciones de cóndor andino han sufrido en las últimas décadas un alarmante descenso a todo lo largo de su cordillerana distribución. Lamentablemente no existen censos históricos fidedignos para cada país que permitan tener una idea perfectamente clara de la situación. Sin embargo la condición de la especie ha pasado a ser crítica en Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, países que conforman los Andes del Norte.
En Colombia y Venezuela se están llevando a cabo en la actualidad proyectos de repoblación en áreas históricamente habitadas por cóndores y de las cuales fueron extirpados en el s. XX. Basándonos en el estudio de registros históricos, podemos afirmar que la densidad poblacional de la especie fue siempre menor en el extremo norte de su distribución (Andes del Norte) comparado con los países del sur, quizá debido parcialmente a que países como Bolivia, Chile y Argentina poseen vastos territorios relativamente despoblados de humanos y con excelente hábitat para la especie.


El misticismo de su muerte.
Los incas creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva vida. El cóndor simbolizaba la fuerza, la inteligencia y el enaltecimiento o exaltación. Era un animal respetado por todos aquellos que vivían en los Andes desde tiempos prehispánicos, ya que no sólo traía buenos y malos presagios, sino que también era el responsable de que el sol saliera cada mañana, pues con su energía era capaz de tomar el astro y elevarlo sobre las montañas iniciando el ciclo vital.

Simbolismo.
Aparece como símbolo patrio en los escudos de armas de las Repúblicas de Chile (fuerza), Colombia (Libertad y Orden), Ecuador (poderío, grandeza y valor) y Bolivia (búsqueda de horizontes
sin

viernes, 27 de mayo de 2011

Cóndores en El Portezuelo. Catamarca





El 17 de mayo anduve por la Cuesta del Portezuelo, en Catamarca despueé de una trepada de 18 km por un camino muy sinuoso, llegamos al filo o cima por ella recorrimos 27 km de tierra y piedra en muy mal estado, pero tuve mi recompensa, primero vi dos cóndores y quince minutos después vi un grupo de siete que planeaban a lo lejos. Lamentablemente el camino se abría hacia la derecha alejándome de ese grupo que no pude fotografiar bien.

Acá un aguilucho común.


En la cima de la Cuesta.



Mirando desde arriba, la trepada de 18 km.



martes, 15 de marzo de 2011

Ornitólogos peruanos II

En Arequipa, en el Cañón de Colca, el 28 de mayo de 2009, Juán Cárdenas Carrasco tomó esta foto donde se pueden contar 18 cóndores. Fuente Birding Perú.

martes, 8 de marzo de 2011

Ornitólogos peruanos I

Cóndor

El cóndor andino (Vultur gryphus) es una especie de ave de la familia Cathartidae. Habita en la cordillera de los Andes y en las costas de Sudamérica adyacentes al Océano Pacífico, y es el ave más grande de todo el Hemisferio Occidental.1
Es un buitre grande y negro, con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las alas, en especial los machos. La cabeza carece de plumas y es de color rojo, y puede cambiar de tonalidad de acuerdo al estado emocional del ave. A diferencia de la mayor parte de las aves de presa, el macho es mayor que la hembra.
Es principalmente un ave carroñera, que se alimenta de carroña. Prefiere los cadáveres grandes, como los de ciervos o vacas. Alcanza la madurez sexual a los cinco o seis años y anida entre los 3.000 y 5.000 metros de altitud, generalmente en formaciones rocosas inaccesibles. Suele poner uno o dos huevos al año. Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de 50 años.
Es un símbolo nacional de Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina, Perú y Chile, y tiene un importante rol en el folklore y la mitología de las regiones andinas de Sudamérica. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una especie casi amenazada, ya que sufre la pérdida de su hábitat y el envenamiento secundario por la ingesta de algunas presas matadas por cazadores. Varios países iniciaron programas de reproducción en cautividad.

El cóndor andino fue descrito en 1758 por Carlos Linneo en la décima edición de Systema naturae, y conserva la nomenclatura binominal original de Vultur gryphus. A veces se lo conoce como cóndor argentino, cóndor chileno, cóndor boliviano, cóndor colombiano, cóndor peruano, o cóndor ecuatoriano en referencia a los países en donde habita. El término genérico Vultur proviene del latín vultur o voltur, que significa "buitre". Éste a su vez deriva de la palabra del griego antiguo γρυπός (grupós, "pico con forma de gancho"). A su vez, la palabra cóndor proviene del quechua, kuntur.

Descripción.
El cóndor andino es reconocido como el ave voladora más grande del planeta. Y el que mayor superficie alar presenta. Los adultos llegan a medir hasta 142 cm de altura, y entre 270 y 330 cm de envergadura, y pesan de 11 a 15 kg los machos y de 8 a 11 kg las hembras. Poseen la cabeza desnuda y relativamente pequeña, de color generalmente rojizo, aunque el mismo puede cambiar según el estado de ánimo del animal; pico de borde muy cortante y terminado en gancho. Las alas son largas y anchas, y las patas, no prensiles, poseen uñas cortas y poco curvas, y con la inserción del dedo posterior elevada. Las mismas están adaptadas para la marcha y para la sujeción de la carroña. Alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los ocho años. El plumaje juvenil de ambos sexos es de color marrón hasta alcanzar en mudas sucesivas el característico plumaje negro-azulado de los adultos. Una ancha banda blanca resalta en el dorso de las alas y un nítido collar blanco no completamente cerrado al frente, protege la desnuda piel del cuello.
Los machos presentan una cresta o carúncula y pliegues en la cara y cuello que aumentan de tamaño con la edad. Alcanzan mayor peso y envergadura que las hembras y sus ojos son de color café. Las hembras no poseen cresta aunque al igual que los machos presentan pliegues. Sus ojos son de color rojizo.
Es también una de las aves que vuela a mayores alturas, utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido pueden trepar con relativa facilidad los 7000 metros; luego puede planear por cientos de kilómetros planeando el territorio casi sin mover las alas extendidas, el cóndor consume muy poca energía y merced a su denso plumaje puede soportar climas gélidos.
Cabe señalar que (como ocurre con las cigüeñas) los cóndores son prácticamente mudos al tener atrofiada la siringe.

Alimentación.
El cóndor se alimenta generalmente de animales muertos. Una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata sino que se limitan a volar sobre la misma o se posan en algún lugar desde donde ésta se vea claramente. Uno o dos días pueden pasar hasta que finalmente se acercan. Comienzan a alimentarse en los puntos más accesibles o blandos de los cadáveres, es decir, los ojos, lengua, ano, ubre o testículos, abdomen y entrepierna. Con sus fuertes y cortantes picos desgarran los tejidos y abren los cueros lo que adicionalmente facilita el aprovechamiento de la pieza por parte de carroñeros de menor envergadura. Un cóndor puede ingerir unos 5 kilogramos de carne en un día y asimismo puede ayunar hasta cinco semanas.

Anidaje.
Para anidar escogen generalmente cuevas en grandes paredes rocosas verticales, protegidas del viento y la intemperie. Las dimensiones de los nidos son altamente variables. Depositan el único huevo directamente sobre el substrato arenoso de las cuevas en el cual han creado una depresión presionando el pecho contra el substrato. Igualmente utilizan el pico para dar forma final a los bordes del mismo. Este comportamiento se ha observado especialmente en los machos.

Dormideros.
Los dormideros, compartidos por ejemplares adultos, sub-adultos y juveniles de ambos sexos están generalmente localizados en riscos altos y protegidos de la lluvia, el viento y potenciales depredadores. En la mayoría de los casos observados los dormideros y posaderos preferidos, y por ende disputados, son los que reciben más temprano los rayos solares. Siendo que la carroña esta distribuida al azar, los animales usan repetidamente varios sitios de descanso o pernocta dependiendo de la disponibilidad de alimento en el área llegando a concentraciones de hasta 124 individuos.

Reproducción.
En ambiente natural, uno de los aspectos menos conocidos del cóndor es el referido a su reproducción. Los cóndores son básicamente monógamos, es decir que escogen una pareja y permanecen con ésta de por vida. Sólo en caso de que uno de los dos muera, el otro busca una nueva pareja. El ciclo reproductivo del cóndor, incluido el cortejo, apareamiento, incubación y levante del polluelo hasta su emancipación dura aproximadamente dos años. La especie posee el período de incubación más prolongado entre las aves rapaces; en el momento de estro o celo el color comúnmente rojizo de la piel de la cabeza se les torna amarillento. Luego de 56 a 60 días de incubación compartida, nace el polluelo el cual es alimentado por ambos padres con carne regurgitada. A los seis meses ya intenta dar sus primeros vuelos en el área inmediata a su lugar de nacimiento y a los nueve el juvenil está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos. De ellos asimila los conocimientos ancestrales básicos para su supervivencia. Al cabo de un año y medio o dos se integra a la población local, y disputa un lugar en la carroña

Filogenia.
Aunque hasta hace relativamente poco tiempo se clasificaba a los cóndores entre los buitres, actualmente se nota que su linaje es más próximo al de las cigüeñas y garzas pese a que la divergencia evolutiva les ha distanciado grandemente en aspecto y hábitos. Quizás Argentinavis magnificiens se cuente entre los ancestros de los cóndores; lo que está comprobado es que los cóndores colonizaron sus territorios desde las zonas frías ubicadas en el sur de Sudamérica, al elevarse la cordillera de los Andes los biotopos con climas fríos se extendieron hasta las actuales Colombia y Venezuela y aún más al norte (California por ejemplo).

Distribución.
El cóndor andino se encuentra distribuido a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde el sur de la Tierra del Fuego (Argentina y Chile) hasta el occidente de Venezuela, su área máxima de difusión hacia el este se ubica en Argentina alcanzando el Océano Atlántico en las provincias de Santa Cruz, Chubut y Río Negro, luego toca las sierras que se encuentran en el oeste de la provincia de La Pampa y las Sierras de Córdoba (ocasionalmente se han reportado avistamientos en la Sierra de la Ventana ubicada en el sureste de la provincia Buenos Aires) . Sin embargo, en Venezuela fue declarado en extinción, y en Colombia, el Perú y Ecuador sus poblaciones naturales han disminuido.
Desde 1800, su distribución y número a lo largo de toda América del Sur ha disminuido considerablemente, llegando a estar en peligro de extinción, el motivo para tal merma ha sido el exterminio a manos humanas por la creencia de que los cóndores cazan ganado vivo y que ciertas partes de su cuerpo tienen poderes terapéuticos o mágicos. Ha podido constatarse la supervivencia en libertad de 2784 cóndores distribuidos entre Argentina y Chile con 2500 ejemplares, Perú con 120, norte del Perú con 50 (sin datos en el sur), Colombia con 100 y Venezuela con 14 (población asentada a partir de las liberaciones con ejemplares provenientes de la cría en cautividad ya que con anterioridad se habían extinguido en 1965). En Bolivia se carecen de registros.

Estatus poblacional de la especie.
Desde diciembre de 1997 se vienen llevando a cabo reintroducciones de cóndores en su antigua área de distribución provenientes de la cría ex situ, llegando hasta las 65 liberaciones. De ellos solo tres murieron, por disparo, intoxicación y electrocución.
Todos los ejemplares liberados van equipados con emisores vía satélite con placas solares que permiten su seguimiento por todos los Andes. Esta técnica se empleó por primera vez con estas aves.

Amenazas.
Las poblaciones de cóndor andino han sufrido en las últimas décadas un alarmante descenso a todo lo largo de su cordillerana distribución. Lamentablemente no existen censos históricos fidedignos para cada país que permitan tener una idea perfectamente clara de la situación. Sin embargo la condición de la especie ha pasado a ser crítica en Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, países que conforman los Andes del Norte.
En Colombia y Venezuela se están llevando a cabo en la actualidad proyectos de repoblación en áreas históricamente habitadas por cóndores y de las cuales fueron extirpados en el s. XX. Basándonos en el estudio de registros históricos, podemos afirmar que la densidad poblacional de la especie fue siempre menor en el extremo norte de su distribución (Andes del Norte) comparado con los países del sur, quizá debido parcialmente a que países como Bolivia, Chile y Argentina poseen vastos territorios relativamente despoblados de humanos y con excelente hábitat para la especie.

El misticismo de su muerte.
Los incas creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva vida. El cóndor simbolizaba la fuerza, la inteligencia y el enaltecimiento o exaltación. Era un animal respetado por todos aquellos que vivían en los Andes desde tiempos prehispánicos, ya que no sólo traía buenos y malos presagios, sino que también era el responsable de que el sol saliera cada mañana, pues con su energía era capaz de tomar el astro y elevarlo sobre las montañas iniciando el ciclo vital.

Simbolismo.
Aparece como símbolo patrio en los escudos de armas de las Repúblicas de Chile (fuerza), Colombia (Libertad y Orden), Ecuador (poderío, grandeza y valor) y Bolivia (búsqueda de horizontes.

Fuente Parque de las Leyendas Lima Perú. 2011.

Fuente mites). También aparece en el escudo de la Hispanidad representada

viernes, 11 de febrero de 2011

Ornitólogos Colombianos II

POSIBLE EVIDENCIA DE REPRODUCCIÓN DE CONDORES
(VULTUR GRYPHUS) REINTRODUCIDOS EN COLOMBIA
Santiago Zuluaga Castañeda, Estudiante, Departamento de Ciencias Biológicas, Universidad de Caldas.
Investigador, Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces San Isidro. Pereira-Colombia
santiago.1710720106@ucaldas.edu.co
El cóndor andino (Vultur gryphus) es una especie considerada en la categoría de “casi amenazada” a nivel mundial, con una población en disminución (IUCN 2010; BirdLife 2010), es por esto que en los últimos años se ha utilizado la repoblación de individuos de cóndores nacidos en cautiverio en distintas partes de su distribución en Colombia, Venezuela, Perú, Argentina y Chile (Lambertucci 2007). En Colombia, entre los años
1989 y 2005 se han reintroducido al medio natural 65 individuos (nacidos en cautiverio en diferentes zoológicos de EEUU y el Zoológico de Cali-Colombia), en 6 núcleos de repoblación localizados de la cordillera de los andes (MAVDT 2006). Se estima que un 78% de los individuos liberados han sobrevivido exitosamente; aunque aún no han sido documentados eventos de reproducción de los individuos reintroducidos (Márquez et al.
2005). En este contexto, doy a conocer algunas observaciones sobre un núcleo de repoblación, en el Parque Nacional Natural (PNN) Los Nevados, y la observación de un individuo juvenil presente en esta área, que sugiere la posibilidad de que los cóndores reintroducidos en Colombia puedan estar comenzando a reproducirse en la naturaleza.
Entre 2004 y 2010, mediante la utilización de binoculares (10 x 50) y cámaras fotográficas, realicé observaciones no sistemáticas desde puntos de observación elevados con amplia visión y líneas de transectos (Márquez & Rau 2003), en la zona amortiguadora del PNN Los Nevados, cordillera central de los andes Colombianos. En Julio de 2010, entre las coordenadas geográficas 4° 55,02’ N y 75° 26,97’ W, a una altura de 3600 m, se fotografió un cóndor juvenil con plumaje correspondiente a una edad aproximada de tres años.
Es probable que el individuo haya nacido en el PNN Los Nevados, lo cual significaría la primera evidencia de posible reproducción para los cóndores reintroducidos en Colombia. El juvenil fue observado volando, acompañado de un cóndor adulto reintroducido. Desde 1997 hasta 2001 se liberaron 16 cóndores juveniles en el PNN Los Nevados. A julio de 2010, todos estos cóndores ya deben tener plumaje de adultos, por lo tanto la presencia del juvenil indica reproducción local o una posible inmigración, de otra parte de Colombia,
donde se reproducen cóndores silvestres; lo cual es menos probable, debido a que estos presentan números muy reducidos y se encuentran restringidos a unas pocas localidades montañosas aisladas (MAVDT 2006) en el PNN Cocuy y la Sierra Nevada de Santa Marta, aproximadamente a 417 y 682 Km del PNN Los Nevados respectivamente.
Realicé 14 visitas a la zona de estudio con un promedio de 2.3 por año. En cada visita registré la presencia de cóndores y observaciones de comportamiento.
Además, entrevisté personas de la comunidad sobre avistamientos de la especie. Las observaciones documentaron patrones de conducta de la especie en relación a la búsqueda de alimento, dormideros y presencia de individuos solitarios y en parejas.
Los comportamientos de alimentación muestran cómo la especie cuando encuentra alimento no desciende inmediatamente sobre éste, sino que permanece a una buena distancia en lugares desde donde puede ser observado por largos períodos de tiempo. Este comportamiento coincide con lo descrito por Speziale et al. (2008) quienes argumentan que, generalmente, la especie es muy cautelosa y pueden pasar días antes de que decida bajar a alimentarse.
Dos dormideros han sido registrados: el primero, encontrado en el 2007, localizado en una pared de roca de, aproximadamente, 50 m de altura; con vegetación arbustiva y arbórea que aísla el interior. En éste se registró poca actividad, tan sólo en una ocasión se observaron tres individuos descender en horas de la tarde. El segundo dormidero, mas recientemente encontrado, fue registrado por primera vez en enero de 2010; está ubicado en una pared de roca, la cual posee una altura de, aproximadamente, 300 m y presenta
vegetación arbustiva. Allí se observó un individuo solitario arribar en horas del atardecer y
salir en las primeras horas de la mañana, durante tres días consecutivos. Posteriormente, en mayo de 2010, se registraron dos individuos utilizando este dormidero.
Los individuos observados pertenecen a un núcleo de repoblación establecido en 1997, como centro de dispersión de la especie en la región central del sistema orográfico del país (MAVDT 2006). Desde el principio, estos estaban marcados con bandas patagiales en ambas alas, adicional a esto, se les colocó un microchip para lograr su identificación individual (com pers. G. Corredor), sin embargo, al parecer, la mayoría de los individuos
han perdido sus bandas patagiales, razón por la cual no es posible su identificación en la naturaleza; sumado a esto, se tiene poco, o casi nulo conocimiento biológico de este núcleo, debido a la falta de monitoreo y escasa disponibilidad de recursos, que permitan documentar su estado actual. Estas son quizás las principales razones por las cuales este juvenil no había sido registrado con anterioridad. Es de resaltar, además, que antes de este hallazgo, pobladores de la zona argumentaron ver un grupo de tres individuos, con un posible juvenil, alimentándose en la zona.
Adicional a esto, se presume la presencia de juveniles en diferentes zonas del país. Sin embargo, no existen evidencias contundentes que demuestren la veracidad de estas presunciones, por lo que es necesario confirmar estos registros, además de buscar fondos para obtener datos y conocimiento preciso de aspectos de la dinámica poblacional en estos núcleos de repoblación. De este modo esperamos poder evaluar la efectividad de las liberaciones cómo una estrategia de conservación adecuada.
Las observaciones aquí comentadas y el registro del juvenil, constituyen un aporte al conocimiento sobre el estado de la población de cóndores reintroducida en el PNN Los Nevados y las necesidad de verifi cación de reproducción, como una de las medidas para evaluar el éxito de la implementación de Plan de Acción 2006–2016 (MAVDT 2006) para la conservación del cóndor en Colombia.
Germán Corredor, líder del programa de cría en cautiverio del Zoológico de Cali, opina que la reconfirmación de la reproducción de cóndores reintroducidos, indudablemente será de gran importancia para la comunidad científica y, especialmente, significará buenas noticias para los esfuerzos de restauración de las poblaciones del cóndor andino en Colombia.
Agradezco a Sergio Lambertucci, investigador de la Universidad Nacional del Comahue, Bariloche, Argentina, por sus comentarios y aportes.
Deseo agradecer especialmente a Olga Lucía Núñez, Germán Corredor, Hernán Vargas y Cesar Márquez, por sus comentarios.
Referencias
BirdLife International (2010) Species factsheet: Vultur gryphus. Downloaded from http://www.birdlife.org on 19/7/2010.
IUCN 2010. IUCN Red List of Threatened Species. Version 2010.2. www.iucnredlist.org.
Downloaded on 19 July 2010.
Lambertucci, S.A. 2007. Biología y conservación del cóndor andino (Vultur gryphus) en Argentina. Hornero 22(2):149-158.
Marquez, C., M. Bechard., F. Gast, & V.H. Vanegas. 2005. Aves rapaces diurnas de Colombia. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander von Humboldt”. Bogotá, Colombia.
Márquez, C, & J. Rau. 2003. Técnicas de detección, observación y censo de aves rapaces diurnas en Costa Rica. Gestión Ambiental 9: 67-77.
MAVDT. Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Programa Nacional para la Conservación del Cóndor Andino en Colombia. Plan de Acción 2006 – 2016.
Speziale, K.L., S.A. Lambertucci & O. Olsson. 2008. Disturbance from roads negatively affects Andean condor hábitat use. Biological Conservation 141:1756-1772.

WWW.NEOTROPICALRAPTORS.ORG PÁGINAS 09 – 12 NÚMERO 10 • DICIEMBRE 2010